sábado, 13 de diciembre de 2014

EL DIPIAO


     El "dipiao" es una práctica que tiene que ver con el manejo del suelo y que tiene como fin evitar la pérdida de suelo cultivable. El dipiao consiste en un sistema de tickets o certificados de tierras por el cual un promotor inmobiliario que desea construír en una parcela concreta debe aportar una certificación de que ha logrado poner en uso agrícola otra superficie similar en cualquier sitio.
La fuerte demanda de suelo para edificación en las zonas costeras ha originado un tráfico ingente de certificaciones "dipiao" en las ciudades y, en consecuencia, la aparición de numerosas prácticas corruptas como las que se refieren a la falsificación de las acreditaciones o la presión abusiva que ejercen los propios funcionarios para lograr que los campesinos se trasladen a pisos en las zonas próximas, liberando así el suelo interesado.

miércoles, 22 de enero de 2014

EL SISTEMA BEDAUX:

   El sistema Bedaux es un sistema de remuneración del trabajo que fue inventado por Charles Bedaux, un rico empresario americano de origen francés. El sistema Bedaux tiene como unidad de medida del trabajo el denominado "punto Bedaux". Éste se define como la carga de trabajo que absorbe un operario normal, cualificado para el puesto y debidamente entrenado, trabajando a rendimiento normal durante un minuto con el descanso pertinente incluído. En estas condiciones, un operario normal realiza en una hora un equivalente a 60 puntos Bedaux y en una jornada de siete horas 420 puntos Bedaux.

EL ESTAJANOVISMO

    El "estajanovismo" es un método de racionalización de la producción industrial que fue inventado por el minero ruso Alexis Stajanov. Éste lo probó por primera vez en 1.935 con la colaboración de varios camaradas y tuvo un gran éxito porque batió los records productivos en la minería de carbón conocidos hasta entonces en la URSS. El éxito de este experimento sirvió de acicate para impulsar un movimiento de racionalización del trabajo en toda la URSS.
La experiencia estajanovista demostró por la vía de los hechos que los buenos obreros pueden ser capaces de utilizar sus conocimientos, que provienen de su experiencia en la ejecución directa de las tareas, para tomar la iniciativa en la organización racional de las operaciones del proceso de producción, resultando en un aumento de la productividad. La experiencia estajanovista contradice la consideración de Taylor de que el estudio científico del proceso de producción y la organización racional del mismo solamente compete a un cuerpo de profesionales al servicio de la empresa, nunca por los mismos operarios. Pero para que los mismos obreros sean los interesados en racionalizar el proceso de producción es necesario que una Revolución Socialista les haya hecho dueños de las herramientas y de la maquinaria que utilizaban en su trabajo.

sábado, 12 de octubre de 2013

FLORA TRISTÁN Y SUS "PASEOS EN LONDRES"

   La escritora feminista francesa Flora Tristán (1.803-44) realizó cuatro viajes a Londres. En su cuarto viaje insistió en ver el barrio obrero de St. Giles, conocido como el "pequeño Dublín", que se situaba en el centro de la ciudad y albergaba 150.000 habitantes. Tristán escribió sobre él lo siguiente: "Apenas has dado diez pasos cuando casi te ahoga un terrible hedor con agua enjabonada hedionda  otras aguas sucias caseras aún más fétidas formando charcos estancados por todas partes". Tristan vio que "los desgraciados habitantes lavan ellos mismos sus gastadas prendas y las cuelgan de palos atravesados en las calles cerrando así toda entrada de aire puro y del sol". Pero lo que le resultó más sobrecogedor fue la degradación humana que observó: "imaginaos, si podéis, hombres descalzos, mujeres y niños abriéndose paso a través del sucio cenagal; algunos acurrucados contra la pared por no tener donde sentarse, otros en cuclillas, los niños revolcándose en el barro como cerdos... Yo vi niños sin absolutamente nada de ropa, niñas descalzas y mujeres dando el pecho a sus hijos, que sólo llevaban una camisa raída que dejaba al descubierto casi todo su cuerpo; vi a viejos encogiéndose medrosos sobre montones de estiércol, hombres jóvenes vestidos de harapos".

CHARLES LE BOOTH: EL MAPA DE LA POBREZA DE LONDRES

   Charles Le Booth es un filántropo e investigador social inglés que publicó en 1.890-91 una obra en tres volúmenes titulada "Vida y Trabajo del pueblo de Londres". Esta obra es el fruto de un trabajo que él y un equipo de investigadores realizó sobre la pobreza en Londres. El equipo publicó el primer volumen en 1.889 con el título "Vida y trabajo del pueblo" sobre las incidencias de la pauperación en el extremo Este de Londres, mostrando que el 35% de la población de este sector de la ciudad vivía en la pobreza inyecta, una cifra mayor que la oficial. El segundo volumen, titulado "Trabajo y Vida del Pueblo", apareció en 1.891 y cubre el resto de Londres. Además, esta obra tiene la particularidad de mostrar mapas sobre la distribución espacial de la pobreza y de la desigualdad de renta en la ciudad de Londres, a partir de los datos obtenidos por los investigadores a píe de calle.

Charles le Booth también popularizó en esta obra la idea de la "línea de pobreza", un concepto que había acuñado originalmente la London School Board. Booth estableció esta línea entre los 10 y los 20 chelines, que consideró como el monto mínimo necesario para el sustento de una familia de 4 a 5 miembros.

LA ILUMINACIÓN DE LAS CIUDADES EUROPEAS:

     Las ciudades europeas de la Edad Media y la Edad Moderna no sólo eran sucias y malolientes, sino también oscuras. Ésto se debe a la falta de un sistema de alumbrado público, al apretujamiento de las casas, de manera que se daban sombra unas a otras, y al crecimiento en altura de los pisos a menudo en voladizo, por lo que la vía pública se convertía en un túnel lóbrego.
A pesar de todo, a partir del siglo XVI se ensancharon las calles principales para permitir el paso de carrozas y se aplicaron nuevos conceptos arquitectónicos y urbanísticos para tratar de imponer a la incoherencia de la trama urbana medieval unas calles rectilíneas para dar profundidad y perspectiva.
El siglo XVIII fue el de la lucha contra las tinieblas en las ciudades. La luz comenzó a democratizarse un poco en las ciudades, a cobrar la cualidad de bien público y a perder su carácter tradicional de bien de lujo que sólo podían permitirse en abundancia los ricos. En París había 2.746 farolas públicas en 1.697, pero ya había casi 7.000 en 1.766. Luego, en 1.817 llegó a París la iluminación de gas, que ya había sido introducida en Londres cuatro años antes.

LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL VERTICAL Y HORIZONTAL EN LOS BLOQUES DE PISOS

   Los primeros edificios de apartamentos aparecieron en las ciudades italianas de Roma, Nápoles, Génova y Venecia a principios del siglo XVI. Este tipo de edificios proliferó a partir de entonces en estas ciudades italianas. Hacia principios del siglo XVIII, este tipo de edificios también se había difundido a las mayores ciudades de la Europa continental y Escocia.

Los edificios de apartamentos presentaron una estratificación social en altura hasta la invención del ascensor: las familias más ricas ocupaban las plantas más bajas, mientras que las familias de clases más bajas vivían en unidades de habitación más pequeñas encima. Este modelo de estratificación social en altura apreció por primera vez en los edificios de pisos de Roma hacia mediados del siglo XII, y posteriormente lo vemos también en otras ciudades italianas y europeas.
La estratificación social horizontal también se desarrolló dentro de los bloques de apartamentos: las unidades más grandes y caras se situaban en la parte delantera del edificio, junto a la fachada, mientras que las unidades pequeñas de bajo alquiler se encontraban en la parte trasera. Hacia finales del siglo XVIII, a medida que la revolución industrial estimulaba el crecimiento de la urbanización, los bloques de apartamentos se difundían a las ciudades de tamaño medio. Los especuladores construyeron bloques estandarizados para los ocupantes de renta media y barracas para los de rentas bajas.

También aumentó el número de pisos de estos edificios. En Amsterdam, se construyeron edificios de cuatro pisos durante el siglo XVII. En París, se prohibió por ley en 1.667 construír edificos de pisos con una altura superior a 15´60 ms., y en 1.783 se impuso una relación entre la altura de los edificios y la anchura de las calles. A pesar de estas cortapisas, la tendencia de los edificios de pisos en París era hacia la elevación, de manera que a mediados del siglo XVIII perdominaban los de cuatro pisos, y en los años posteriores ya se construían edificios de seis pisos o incluso más.